1. Acércate hasta la Plaza Central de Valladolid, con la fuente central llamada “la mestiza”. Se trata del centro neurálgico de la ciudad y siempre encontrarás ambiente. Al anochecer se suelen poner puestos callejeros de comida (prueba los churros o las marquesitas), mercadillos y en ocasiones tienen lugar espectáculos de baile.
2. Presidiendo la plaza se levanta imponente la Iglesia de San Servacio, en cuya fachada destacan dos enormes torres y en medio, el escudo del rey Felipe V (el primer rey Borbón) tallado en la piedra. Fue construida en el 1543 y es uno de los lugares más emblemáticos de Valladolid. Puedes entrar libremente al interior.
3. No te vayas de la plaza sin visitar el interior del Palacio Municipal y asomarte a uno de sus balcones, desde donde se tienen bonitas vistas del ajetreo normal del pueblo bajo tus pies. El acceso es gratis y es sin duda una de las mejores cosas que ver y hacer en Valladolid.
4. El antiguo Convento Franciscano de San Bernardino de Siena es otra visita que no puede faltar en cualquier viaje a Valladolid. Se encuentra en el barrio de Sisal y consta de una iglesia, una capilla y varios edificios con un museo sobre la Guerra de Castas en su interior.
5. Para refrescarte lo mejor es visitar algún cenote, y en este caso no tendrás que caminar mucho para encontrarte el primero: hablamos del cenote Zací, que está en el medio de la ciudad. (Zací es el nombre maya con el que se conocía a Valladolid, y se pronuncia Sachí).
6. Si te gusta el arte deberías acercarte a la Casa de los Venados, una casa-museo privada que contiene una de las colecciones de arte popular más interesantes de todo México. Se exponen unos 3.000 objetos, todos fabricados en el país.